24 de octubre de 2009

Harry Nilsson - Nilsson Schmilsson (1972)

"You can climb a mountain
you can swim the sea
you can jump into the fire
but you'll never be free"

Pink and Schmilsson

Hay varias maneras de abordar un disco pop al momento de realizarlo. La manera más común, y dominadora de los rankings desde la era de la pianola y hasta el fin de los tiempos, es la destilación meticulosa, alevosa y codiciosa de los cánones líricos y melódicos de la música popular de cada época y que, por supuesto, puede ser resucitada una y otra vez a medida que cada oleada vaya perdiendo su novedad. Piensen en gran parte del R&B gringo de hoy. Una segunda manera es, como los Beatles en su primer momento, muy parecida a la anterior, excepto que en el sonido que sigue una tradición, la banda o el músico inyecta una dosis tan alta de identidad propia, que el radioescucha se contagia del viaje lisérgico propuesto y grita, aúlla, alcanza un orgasmo, para terminar integrándose con el cosmos que es el fanatismo por sus ídolos. ¿Acaso no han visto a los igualitos a Morrisey caminando por las calles de Santiago?

También están, como dice Feste en Noche de Reyes de Shakespeare, aquellos que "have greatness thrust upon them", como si por accidente y sin buscarlo alguna banda es raptada de los claustros de la experimentación y expuestos a la luz de los escenarios, como pasó con los OMD a principios de los 80, o los mismos Kraftwerk que apadrinaron a los primeros. Finalmente, está el 'pasar liebre por gato' (como dicen los arquitectos), donde la novedad u originalidad de un sonido, una voz, un ritmo, enmascara la sutileza y complejidad de una pieza musical, o la temática subversiva, peligrosa del contenido. Ya he mencionado a las Shangri-Las dentro de este grupo, pero vale la pena recordar Relax de Frankie Goes to Hollywood sobre el sexo gay S&M (con video que sugiere una "lluvia dorada" incluido), o Walk on the Wild Side de Lou Reed que, entre otras cosas, menciona cómo un travesti da 'conferencia de prensa'. También hay que mencionar a los ubícuos ABBA que tras el brillo de sus peinados de alta peluquería, barbas escandinavas, melodías pegajosas y voces dulces, esconden un sonido y manera de grabar particular que han tratado de reproducir miles de artistas sin mayor éxito.

Nilsson Schmilsson Inner Label

Harry Nilsson, a quien podemos incorporar dentro del último grupo, es un gringo que hasta la publicación de este disco no había conseguido mayor éxito comercial, a pesar que discos tan hermosos como Aerial Ballet (1968) eran admirados por tipos ilustres como los Beatles, quienes lo invitaron a visitarlos en Londres mientras grababan el Álbum Blanco. Dueño de una voz suave, limpia, levemente teñida de melancolía y frustración, Nilsson parecía destinado a seguir ocupando el resto de su vida un nicho de culto cómodo, rodeado de músicos que admiraban su pop clasicista pero si quisieran podían sacarle en cara que eran harto más populares que él, como los ingleses ya mencionados. Pero no contaban con la ambición del nativo de Brooklyn que en 1971 grabó en Londres el disco invitado y que incluía una canción metida a la fuerza por el productor, Richard Perry, llamada Without You, escrita por una semi olvidada banda setentera llamada Badfinger. En incontables versiones posteriores como la de Air Supply, se trataría de copiar el dramatismo de la interpretación de Nilsson quien, si bien le cargaba la canción, como buen profesional decide dar el todo por el todo y transforma este oscuro tema en el himno por excelencia del amante con el corazón roto que extraña a su amado/a. No sólo eso sino que, por un breve rato, Nilsson se convertiría en el cantante más popular del mundo, el single más vendido mundialmente en 1972. De artista de culto, a artista de culto.

Without You es una canción que, a diferencia de las otras del disco, no puedo disfrutar a menos que la escuche con un oído irónico y pops-moderno (no ayuda tampoco su inclusión en el soundtrack del Diario de Bridget Jones). Es la presencia de esta canción que me hizo postergar tanto la compra del disco, si bien me atravesaba con él a cada rato en las tiendas de caridad de Inglaterra, generalmente a menos de luca. Fue sólo hasta que adquirí Aerial Ballet y lo devoré (incluye One y Everybody's Talkin' que es un cover de Fred Neil, padrino de la escena folk de principios de los 60 en Greenwich Village, New York) que tuve que asumir que el resto de Nilsson Schmilsson no podía sino ser muy bueno. No me equivoqué. Como buena obra maestra del canon pop anglosajón, Nilsson Schmilsson (un juego de palabras que mezcla schmaltzy, o empalagoso, con el apellido de Harry), es un disco muy entretenido y amplio de tono, emociones y arreglos. Piensen en un Elton John pero que se toma menos en serio y que se viste mejor. Después de todo este es un disco que contiene la canción Coconut (también éxito radial) sobre una mujer que va a ver un doctor después de haber tomado coco con lima y a quien le recetan... coco con lima. Sospecho que es una referencia humorística velada al incipiente alcoholismo que manifestaba Nilsson y que le destruiría finalmente su carrera y su cuerpo. No sin antes haberlo pasado desmedidamente bien con John Lennon (en su famoso 'fin de semana perdido'), Ringo Starr y Keith Moon.

Schmilsson Hug

El resto del disco está populado de referencias a un mundo donde las personas no se comunican, el amor es una lucha de opuestos que nunca podrán entenderse, la gente no sabe cómo envejecer desde una juventud disipada, y jamás tienen claro qué es lo que desean. Imagínense entonces el contexto en el cual se encuentra Without You y me entenderán por qué tengo que escucharla con los dientes un poco apretados, a pesar que igual la escucho cada vez que pongo el disco, porque es como la supuesta marca en la rodilla que dejó Miguel Ángel en su Moisés, como si al dejar la falla lo hiciera humano. Me imagino que muchos no pensarán lo mismo y se podrán sentir desilusionados con el resto de las canciones porque no son tan empalagosas como el single. Qué les puedo decir, nuestros puertos de embarque son tan distantes el uno del otro que estoy seguro que navegamos en mares distintos. Disfruten su crucero por el Caribe, yo iré de polizonte en el Karaboudjan.

Después vendrían otros discos que no alcanzarían el éxito comercial de éste, ni la perfección estilística, sin jamás ser menos que buenos discos, aún cuando en la grabación de Pussy Cats (1974), producido por John Lennon, rompió sus cuerdas vocales y perdería para siempre el control y la diafanía de su instrumento más preciado. También sería el autor del soundtrack de esa incomprendida película de Robert Altman llamada Popeye (en Punch Drunk Love de P.T. Anderson se ocuparía He Needs Me en un momento clave de la 'trama'), que más que tratarse del personaje adicto a la espinaca, es una alegoría de los efectos perniciosos del más brutal capitalismo y cómo el amor, el sacrificio y la entrega por otro ser humano será lo que nos salvará de una existencia gris y dolorosa. Quien sabe, a lo mejor había comido mucha 'espinaca' cuando la vi.





17 de octubre de 2009

The Specials - Specials (1979)

"Stop your messing around,
better think of your future"


Wolf Ray Special

Como lo he dicho antes, hay discos que necesitan ciertas experiencias previas, musicales o vitales, para que te hagan click y te entusiasmes. Creo que si no hubiera vivido en Inglaterra a principios de los 80 y mediados de esta década y habiendo asistido a un colegio británico en Santiago de Chile, no habría tenido la misma pasión que siento por ciertas bandas y músicos que para muchos resultan ser demasiado británicos para serles legibles, o que se pueden conectar por razones distintas, sin ir al fondo del asunto (ni yo lo hago a cabalidad por supuesto) de ser británicos. Muchas bandas son consideradas derivativas de otras y creo que están en lo correcto, pero son derivativas
a la británica, lo que hace que es mejor hablar de una utilización de la tradición para energizar el flujo propio. Pienso en bandas y músicos como Paul Weller, Richard Thompson, Arctic Monkeys, etc ... dentro de esta insigne lista incluyo a esta gran, gran e importantísima banda de Coventry, Kent: The Specials.

Inglaterra en los setentas y principios de los 80, por descripción de muchos quienes los vivieron, era un país muy gris. Cuando se piensa en el Swinging London de los 60 y la rebeldía punk de los 70, se suele olvidar que estos fenómenos fueron bastante localizados en ciertas partes de Londres u otras ciudades importantes de la isla, como Manchester o Sheffield. Para el resto de los británicos, vivir en la isla era seguir viviendo como en los 50, excepto que ahora se veía televisión en color y ya no se necesitaban cupones de racionamiento para comer. Ya vendría el cambio, para bien o peor, del gobierno de Thatcher y esa década de exitismo y apariencias que sería renovado por el Laborismo cuando recuperaran el poder... pero me estoy desviando.

En esta monotonía de la vida diaria se cultivaba una agitación social que explotaba cada cierto tiempo en alzamientos en ciertos barrios de las ciudades más importantes. En parte era por las pésimas condiciones de vida en que vivían muchos británicos (desigualdades sociales) como también por razones raciales. En los 50 hubo una importante inmigración desde las antiguas colonias británicas, especialmente de las West Indies, donde se incluye Jamaica. Como cualquier encuentro de dos culturas distintas y habiendo una posición de poder de una por sobre otra, se producen choques inevitables que conllevan violencia racial. Si a esto le agregamos un desempleo altísimo (en los setenta se instauró la semana de 3 días laborales) que afectaba por igual a la etnia que fuera, el caldo de cultivo es perfecto para que surgieran grupos políticos y de choque callejero que explotaran el descontento. Es así como el National Front de inspiración fascista (ahora British National Party) logró su más fuerte arrastre desde la segunda Guerra Mundial (cuando eran liderados por Oswald Mosley, explícitamente seguidor de Hitler) entre algunos sectores de la población inglesa, siendo los skinheads su cara más visible.

Specials first album inner label

Los skinheads, para sorpresa de muchos (yo incluido) no tienen su raíz en grupos de orientación política de extrema derecha, sino que surgió como una más de las tribus urbanas de jóvenes de extracción social pobre, generalmente blancos, a finales de los 60 y se identificaban musicalmente con toda la música que habían traído los inmigrantes de las West Indies, es decir música negra, especialmente ska, que como todos sabemos es un excelente ritmo para bailar. Su uniforme, pues todas las tribus tiene uniforme, son las camisas a cuadros, suspensores, jeans arremangados, botas tipo Doc Martens y la cabeza rapada. Los skinhead eran un movimiento que propiciaba la integración racial y cultivaba un espíritu de hermandad intragrupal, pero como es lo propio en las tribus urbanas, de grandes peleas campales con otras (como fue el caso de los Mods con los Rockers en los 60), por lo que en parte servían como modo de expresión de una violencia inherente (y adolescente) importante. Lamentablemente, este movimiento fue coaptado por las circunstancias históricas y los intereses de grupos blancos supremacistas que explotaron el entendible sentimiento de exclusión social que sentían.

Es en este contexto que surgen The Specials (primero The Automatics y también conocidos como The Specials AKA), desde Coventry en el condado de Kent, en el sureste de Inglaterra. El fundador de la banda era un tipo blanco llamado Jerry Dammers que había hecho escuela en distintas bandas de tipo soul, r&b y ska en su ciudad natal. Su característica principal es que le faltan (aún) los dos dientes frontales, pero tras esta imagen de excentricidad (y pobreza) se oculta un genio que tenía las cosas muy claras (demasiado, según algunos de los otros miembros de la banda). Su deseo expreso con The Specials era crear una banda que superara estas divisiones raciales y se convirtiera en un foco positivo para los jóvenes de la nación que estuvieran sufriendo estas injusticias sociales. Para ello reclutó a distintos amigos tanto blancos como negros y formaron una de las bandas inglesas más importantes e influyentes de los últimos treinta años.

Para lograrlo renuevan el look skinhead haciendo más patente su relación con la raíz ska y con alusiones a la elegancia mod. Para esto crean un sello llamado 2 Tone y que le daría el nombre a todo el estilo musical de la época que teniendo las bases ska son renovados con el espíritu punk de házlo-tu-mismo. 2 Tone se refiere tanto a los uniformes que utilizaban, ropa simple con colores blanco y negro, como al hecho de ser un sello que expresamente buscaba la armonía racial. El logo es un clásico. Logran un éxito inmediato con su primer single "Gangster" y posteriormente bajo la tutela de Elvis Costello como productor, publican su primer LP, titulado simplemente Specials. Es un disco muy entretenido, con un par de covers de clásicos ska de Prince Buster y Toots & The Maytals, pero es también un disco lleno de canciones de tinte política, donde se invita a los auditores a luchar contra las injusticias raciales, a salir del sopor de la falta de expectativas para forjar un futuro propio y a pensar sobre la propia vida sin dejarse llevar por las circunstancias familiares y sociales. Menos mal en todo caso que no es un disco que suene predicador, sino que al más estilo jamaicano (piensen en Bob Marley, el cantante político por excelencia) te dan ganas de bailar a medio ritmo toda la noche.

Wolf Ray Special II

Este es otro disco que compré en la tienda de Ben en Guildford y recuerdo perfecto las ganas de reír de gozo al escuchar el primer tema, cuando luego de la pequeña intro de órgano entra la batería y comienza la fiesta. Tiempo después cuando le hablaba a cualquier isleño de cierta edad para arriba de este disco, les cambiaba la cara y hablaban con entusiasmo de lo importante que fue para ellos/as y sus amigos mientras crecían, de lo refrescante que fue el que surgiera una banda que tuviera una proposición positiva frente a la vida y la sociedad, en comparación con las miradas muy depresivas de otras áreas de la escena musical (lo que era una delicia en otro sentido.), de la sensación de comunidad que surgía en los conciertos y cuando se juntaban a escucharlo, por lo menos para este primer disco de la banda. Cuando Tricky (confeso admirador de la banda, su importancia en la lucha racial y su propio proceso de búsqueda de identidad) en su concierto en Chile hizo subir a la gente al escenario en una de las canciones, lo primero que pensé fue en The Specials, ya que solían hacerlo en sus conciertos, muchas veces tempranamente quedando el público arriba durante gran parte del show.

Me compré feliz los otros dos discos de estudio de los Specials, More Specials (1980) donde incorporan influencias más new wave, pop, incluso jazz lounge; e In the Studio (1984) un disco extrañísimo si se lo considera en contraposición al primero. El éxito comercial, por supuesto, fue decreciente a medida que aumentaba la experimentación y se desgranaba la alineación original por diferencias artísticas y personales, dado el liderazgo cuasi dictatorial de Jerry Dammers. Sin duda alguien le hubiera volado los dientes si no fuera que ya no los tenía. En estos momentos se lleva a cabo una de las varias reuniones que se han hecho a lo largo de los años, claro que sin Jerry Dammers, lo que la hace más una decisión lucrativa con un excelente karaoke de fondo para que los calvos y guatones fans canten la noche entera... Jerry Dammers se ha dedicado los últimos 15 años a ser DJ y liderar una big band que hace covers de Sun Ra. Dicen que son buenos pero no quiero romper la magia.

Para el deleite de los regalones, los videos de dos canciones del disco y una del insuperable single posterior Ghost Town:




11 de octubre de 2009

The The - Dusk (1992)

"In our lives we hunger for those we cannot touch
All the thoughts unuttered & all the feelings unexpressed
Play upon our hearts, like the mist upon our breath"


Dusk

En una de esas noches de enclaustramiento musical de mi adolescencia, intruseando en los cajones de mi hermano donde guardaba sus discos (ya CDs a esta altura a principios de los 90), pude encontrar uno que me intrigaba escucharlo por mi cuenta, habiendo mi hermano mostrado un interés especial por él luego que un amigo se lo trajo de regalo desde Inglaterra. La carátula era bien rara, la caricatura de un hombre medio expresionista, con trazos gruesos dibujado encima de una foto de Londres, todo en tonos rojizos, anaranjados y negros, precisamente como los colores del título, dusk o atardecer. La cara presenta una boca semi abierta, en sonrisa forzada ¿O rictus mortis? Como si ante la vida no supiera si reír o echarse a morir, como pendiendo de un hilo, como bajo la espada de Damocles, como entre el día y la noche. Dusk.

The The es un nombre paraguas para una banda que ha incluido a numerosos integrantes itinerantes, siendo el único miembro constante el fundador, compositor, cerebro pensante y corazón bombeante llamado Matt Johnson. En este disco, y el anterior, miembro permanente era Johnny Marr, quien con su amigo iniciaría un largo y variado periplo por distintas bandas (incluyendo Electronic junto a Bernard Sumner de New Order) luego de abandonar a The Smiths. Piensen que en los últimos dos años ha sido miembro de Modest Mouse y The Cribs. Además de participar en el último disco de los Pet Shop Boys (como lo ha hecho desde el disco Behaviour). Algunas personas les carga el nombre The The pero para mí es uno de los grandes nombres de banda de la historia. Creo que es sucinto, violento, densamente conceptual, suficientemente anónimo como para demostrar que es un grupo rotatorio, pero es también bastante irónico considerando lo esencial que es para The The la personalidad de Matt Johnson.

Dusk II

Matt Johnson creció arriba de un pub del cual era dueño su padre y donde llegaban muchas bandas famosas o pronto a ser famosas a tocar, entre ellas The Kinks y The Small Faces. Tras abandonar el colegio a los 15 años, se metió a trabajar a un estudio de grabación donde mirando y preguntando aprendió cómo grabar y en las noches aprovechaba de usar el estudio para hacer sus propias pistas. Inspirado por el naciente movimiento electrónico/industrial de finales de los 70, especialmente por Cabaret Voltaire y Throbbing Gristle, que demostraba que no se necesitaba nada más que uno mismo para hacer música multifónica y sin mayor aspavientos de dominio de un instrumento, logra sacar su primer disco, Burning Blue Soul (1979) a los tiernos 18 años. Es un disco atiborrado, angustiado, medio esquizo-paranoide en la variedad de los arreglos vocales e instrumentales, pero también cargado de la dolorosa dulzura propia del crecer.

Posteriormente vendrían otros discos buenísimos. Soul Mining (1983) es una obra clásica del techno pop de los 80, pero que al contrario de la declamación neutral de Pet Shop Boys; claramente andrógeno como Soft Cell; o femenino como Yazoo, en The The la voz es testosterona pura relinchando en el ruedo de la introspección. En Infected (1986) amplía su repertorio pero endurece la propuesta musical, con ritmos que parecen a veces balas expelidas de las manos del batero (y máquina de ritmos). Es además el primer disco que amplía con la realización de una película compuesta de videos de cada una de las canciones, expresando su visión política sobre el mundo (la perniciosa hegemonía de la cultura yankee) y la fragilidad defectuosa del ser humano. Mind Bomb (1989), primero de los dos discos en que participaría Johnny Marr, compuesto de varios temas largos marca más claramente la dicotomía política/erótica reflexiva de los intereses de Johnson. Es además un claro indicio de que la forma de escribir de nuestro invitado se haría cada vez más centrado en un sonido más tradicional y menos centrado en las máquinas, precisamente lo que había odiado o evitado al iniciar su carrera (y su fascinación por las máquinas).

Dusk inaugura oficialmente esta manera de escibir. Es un disco que Johnson expresamente salió a escribir con la idea de que las canciones pudieran ser directamente tocadas en vivo sin necesitar mayor adecuación para el formato de un cuarteto clásico rockero. Supongo que además no dejaba de ayudar la presencia de ese dios de la guitarra indie llamado Johnny Marr. Ahora, el que estas canciones puedan sonar más clásicas, no quiere decir que dejen de sonar como The The. Sigue estando presente la voz narrativa y artística de Johnson, una identidad intensísima y dramática, claramente masculina, pero honesta y dolorosa. La diferencia con los otros discos es que esta voz se pierde menos en el exceso musical alrededor, poniendo al centro la emoción subyacente, dejando en claro que es cierto eso de que menos es más. Menos mal que este fue el primer disco de Johnson que escuché porque, si bien los otros son geniales de distinta manera, este es el mejor para adentrarse de primeras en esa inquieta mente y remojado corazón del nativo del este de Londres.

Dusk Inner Label

Este disco lo escuché, como lo mencioné, alrededor de los 15 años, coincidiendo con el inicio del viaje que salvó en gran medida el disfrute de mi adolescencia: mi paso por el grupo de teatro de mi colegio. Más allá de la dirección equivocada que podría haber tomado mi desarrollo psicológico de la época, creo que fue crucial el que pudiera por lo menos expresar el torbellino emocional que revolvía mis entrañas. Por fin aquí encontré un tipo que a través del artificio dramático pudiera expresar la verdad más absoluta (Jacques Brel me provocaría lo mismo unos años después). ¿Qué se puede esperar de un disco que en su primera canción (True Happiness This Way Lies) parte con las siguientes palabras, semi cantadas?:

And have you ever wanted something so badly
that it possessed your body & your soul
through the night & through the day
until you finally get it!
And then you realise that it wasn't what you wanted after all.
And then those selfsame sickly little thoughts
now go & attach themselves to something....
....or somebody....new!
And the whole goddamn thing starts all over again.

Es la búsqueda, la búsqueda, la búsqueda. En su repetición como martillo clavando la estaca esperamos encontrar la verdad dentro de nosotros, pasando de una cosa a otra, siempre inquietos, siempre recelosos de la permanencia, siempre comprometidos con el momento. A veces se puede vivir como una carga, a veces como un regalo, pero no nos queda otra que seguir caminando. Dénle una oportunidad a este disco, y ojalá los acompañe tal como me ha acompañado los últimos (casi) veinte años. Otro amigo fiel.

Unos videos en vivo para que disfruten:





4 de octubre de 2009

John Cale - Animal Justice (12" EP) (1977)

"Hedda Gabler
She'll go down in history
Hedda Gabler
Down in all her misery"

Squeeze

Parte del goce que produce coleccionar vinilos está dado por lo que he descrito antes en este blog como la 'caza', ese deambular ansioso por los parajes de venta de vinilos, tiendas, ferias de pulgas, persas, regalos, ventas por internet. Los mejores momentos de esta caza son cuando regresas a casa con un disco que no esperabas encontrar, sea porque no creías que existía, o porque es suficientemente raro para que pierdas la esperanza de encontrarlo durante tu corta presencia en esta tierra, tal como me pasó con este EP. En estos tiempos del mp3 es tan fácil encontrar algo en internet, que hemos perdido la capacidad de sorpresa y paciencia que significa coleccionar un objeto físico que no está siempre disponible. Me declaro un fiel creyente de la Iglesia de la Pasta Negra de los Últimos Días.

John Cale era miembro original de los combustibles newyorkers Velvet Underground, junto a Lou Reed, Moe Tucker y Sterling Morrison. Juntos crearon de un plumazo todo el rock alternativo posterior, con un sonido crudísimo y distorsionado, salpicado de canciones dulcísimas, sin haber vendido mucho (casi nada en realidad). Hay una frase muy conocida de Brian Eno, donde afirma que no mucha gente compró el primer disco de los Velvet, pero cada uno de quienes lo hizo salió y formó su propia banda. John Cale, otrora niño prodigio de un pueblo perdido en Gales, aportó en los dos primeros discos de la banda (luego fue echado de Lou Reed por diferencias musicales y choque de personalidades que buscaban tener control completo de la banda) todo su bagaje en la escena minimalista de la música 'docta' contemporánea con gente como LaMonte Young, Terry Riley, Steve Reich, John Cage, etc.

Animal Justice

En su carrera solista sin embargo, abriría una veta muy pop, a su manera, con grandes discos como Paris 1919 (1973), Fear (1974) y Slow Dazzle (1975) donde presentó su particular mirada sobre el rock de la época (acompañado del ubícuo Brian Eno en varios de ellos como 'consultor' musical) con canciones sobre orgías, traiciones, violencia y también de amor, además de covers notables de Heartbreak Hotel y Pablo Picasso (de los Modern Lovers, aunque su versión salió un par de años antes por problemas con la disquera de los newyorkers). Llama la atención también la intensidad con la cual canta con su voz casi barítona, de una personalidad bramante, sin mayor manejo técnico, como si a través de ella intentara recrear la distorsión y los extremos que alcanzó con su antigua banda. Ah, tampocó ayudaron su adicción al alcohol, cocaína y heroína.

Este EP lo sacó en lo que es probablemente su período más desquiciado, aún cuando al escuchar el lado B, compuesto de una sola canción de 7 minutos, no se note una performance que alcance el desquiciamiento que pudiera tener una canción como Fear en el disco homónimo. Hedda Gabler trata sobre el personaje de la obra de Ibsen del mismo nombre y resalta en ella la tración a sus propios deseos más auténticos al venderse por una seguridad económica y social que la lleva a una existencia anestesiada y fantasmal. ¿Será acaso un Cale que ve como se desintegra su vida en el remolino de la adicción? Sea lo que sea, sigue siendo una cumbre altísima en su repertorio. El lado A está compuesto de dos canciones que no salen en ningún otro lado en vinilo, como son Chicken Shit y Memphis. La primera se burla de su decisión de cortarle la cabeza a una gallina con un cuchillo carnicero en medio de un concierto y de la reacción de su banda, incluyendo su batero quien renunció esa misma noche. La segunda es un cover de Chuck Berry, y en la mejor tradición Caleana, la transforma en una experiencia paranoica y psicótica en su extremismo.

Animal Justice Inner Label

Luego de una serie de conciertos penosos y el nacimiento de su primera hija, Cale decide desintoxicarse y comienza un nuevo período en su carrera, marcado a principios de los ochenta por un sonido limpio y minimalista, aun cuando discos como Music for a New Society (1982) son bien opacos en su propuesta musical e intensos en su vulnerabilidad (de hecho nunca ha sido editado en CD). La gracia de esta nueva etapa es que no deja de mostrarse como una persona dispuesta a llegar a extremos de performance que resultan incómodos para el audiospectador. Es más, puede ser incluso más discordante el tener una base de pocos elementos, no muy disonantes con esa voz enorme por encima que siempre está al borde del quiebre, rozando el descontrol y cayendo finalmente, pero paradójicamente, siempre en control, siempre con intención y no sólo producto de los efectos, muchas veces creativos, de una sustancia.

También creo que el hecho que haya estado desahuciado hasta cierto punto y logrado levantarse, hace que discos como este resulten tan estimulantes, ya que no lo escuchas como un epitafio musical, tal como pueden serlo discos como Madcap Laughs de Syd Barrett (lo siento, no me gusta demasiado) o, en que si bien pueden ser discos bastante sofisticados, brillantes y fundamentales, me resulta incómodo escucharlos y saber que es el sonido de alguien que caería inevitablemente en una enfermedad mental de la cual no saldría, una especie de voyerismo que me da una leve náusea. El caso contrario es alguien como Brian Wilson, quien luego de décadas de reclusión logró terminar un disco tan maravilloso como es Smile, el followup de Pet Sounds, o alguien como Daniel Johnston, que si bien en muchos sentidos es un pequeño niño desamparado, ha logrado encontrar un nivel donde puede funcionar y hacer lo que desea hacer, dibujar, componer y cantar. Para que hablar de Low de Bowie. Son historias de redención finalmente, con lo cual no hablo necesariamente de "estar limpio" (aunque ayuda sin duda), sino que habiendo descendido al calabozo más oscuro, no se olvidaron de sí mismos, ni de nosotros. Historias de humildad.

Un video de John Cale con Siouxsie y The Creatures tocando en vivo Hedda Gabler en medley con Tatto (lado B de Dear Prudence de los Banshees):