25 de agosto de 2011

The Beatles - Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (MONO)


"I'm painting the room in a colourful way
And when my mind is wandering
There I will go"

Sgt. Pepper's y Yo // Sgt. Pepper's and Me

Me he dado vueltas y vueltas en este blog en discos que (salvo excepciones) no van a la fuente primaria de mi obsesión con la música y los vinilos. Los Beatles son la primera banda de la que me enamoré, como le sucede y sucederá a una parte importante de la población melómana rockpopera, escuchando unos cassettes grabados de las compilaciones rojas y azules que sacaron estos chicos en los setentas. Estoy hablando de cuando tenía 7 u 8 años, encerrado en mi pieza con mi radiocasetera Toshiba, siguiendo con devoción los programas documentales sobre el cuarteto, en un época en que todavía no se cumplían los veinte años de su separación (como si, desde 2011, se hubieran separado en 1996). Todavía cuando escucho las armonías vocales de la canción Please Please Me se me erizan los pelos como si fuera la primera vez que descubrí que algo tomaba posesión de mi cuerpo a partir de mis oídos: una mezcla de delirio, susto/sorpresa y enorme pena por haberme perdido la contemporaneidad de estos seres extraordinarios. Qué pequeña era mi vida encerrado en mi pieza con mi radiocasetera Toshiba. Qué grande era el mundo que me esperaba por imaginar. 

Yo, Melómano // I, Music Lover

Y qué mundo. Aunque a estas alturas de mi vida este no es mi disco favorito de los Beatles (véase Abbey Road), sí determinó la escala de valores de mi apreciación musical por los siguientes quince años desde que lo escuché: melodía por sobre todo, voces con carácter pero sin ser demasiado "rockeras", foco en la canción y, en lo posible, una sensación de juego en lo que escuchas. O sea, nada muy estridente pero que igual te excitara los pies y la cabeza. Todo cambiaría a mediados de los noventa cuando escuchara  a Nine Inch Nails y por fin descubriera la belleza en el ruido que te interrumpe el pensamiento.


Aunque no sé si fue el primero, sí recuerdo a este disco como el primero que puse por mi propia cuenta en la tornamesa de mis viejos, el año 89 o 90. No tengo claro si alcancé a escuchar el disco entero la primera vez, o si sólo fue el primer lado, pero me quedó tallado en la mente el que este era un "disco", enterito, un producto bien envasado desde fábrica, de take it or leave it. Sin duda influyó que al contrario del cd que daba vueltas por mi hogar, no era tan simple el saltarse canciones y por lo demás el LP era de mis viejos y no tenía la confianza psicomotora como para no echarme la aguja en el intento. Por sobre todo, el disco era un objeto que yo creía fue producido en los mismos años en que John, Paul, George y Ringo estaban activos y en mi solitaria escucha eran sólo míos.

Yo, Implorador // I, Implorer



Aparte de lo importante que fue este disco en mi trayectoria melómana, es un lp que es bien interesante desde el punto de vista del objeto vinilo, los procesos de masterización y mezcla del ayer y hoy. Cuando pongo MONO en el título no es porque me vuelva tal al escucharlo, sino que me refiero a la edición monofónica que entró en mi colección a finales de 2008, adquirido en la entrañable tienda de Ben en Guildford, UK. Las ediciones monofónicas son las ediciones más codiciadas por los coleccionistas ya que son el registro más fidedigno de lo que los miembros de la banda querían o esperaban que tú escucharas. Aparte de Abbey Road que no tiene versión monofónica, los chicos de Liverpool sólo participaron en la mezcla de la edición monofónica de sus discos, siendo la edición estéreo una exigencia de la disquera, especialmente de USA, porque el público las pedía. Dadas las condiciones en que se grabaron y sin pensar en estéreo al registrar, es que resultaron esas mezclas de las voces en un lado y la música en otro. ¿Acaso no recuerdan lo difícil que es compartir con un sólo par de audífonos un disco de los Beatles?

The Beatles - Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band Inner Label (PMC, Mono)

Pero no sólo es un tema de mezcla de posicionamiento de instrumentos y voces. Hay cambios tan notables que para los bien fanáticos se hizo necesario que en la remasterización hecha el 2009 de la discografía de los Beatles, se dispusiera de un box-set con todos los discos en MONO (no disponibles por separado), lo que le quitó un poco de urgencia a la colección de los discos originales en monofónico, ya que hasta ese momento eran la única fuente de estas mezclas. En Sgt. Pepper's se dan los siguientes cambios:

Sgt Pepper's: la versión mono tiene una guitarra más audible hacia el final, cosa que casi no se escucha en la versión stereo.
Lucy in the Sky: la voz tiene un notorio efecto de eco, cosa que no es así en la estéreo. ¿Más volado acaso?
She's Leaving Home: la versión mono, la mezclada por los Beatles, es casi 11 segundos más corta... ¡porque el tempo es más rápido! A mi parecer fluye más.
Sgt. Pepper's reprise: en la versión mono es más rápida la introducción de las voces, la batería en la intro dura 4 beats más, además de algunas palabras dichas por John y risa de público que simplemente no están en la versión estéreo.

Ojalá que les haya picado el bichito para que escuchen las versiones mono. Mientras tanto los dejo con algo que les muestra las diferencias (sólo para verdaderos fanáticos):







17 de agosto de 2011

Los Tres Diamantes - Usted (Acetato 10" 78rpm)

"Usted
es la culpable
de todas mis angustias
y todos mis quebrantos"


Acetato // Shellac

El acercamiento de un audiófilo amante de los vinilos al formato del acetato de 78rpm es signo de un camino sin retorno y de renovado compromiso con la misión de mantener con vida al paciente condenado a un coma eterno. Si consideramos que el formato en sustrato vinilo, que tuvo una vida paralela crecientemente dominante desde finales de los 30 con el acetato, ya es una complicación para su escucha fidedigna, el acetato de 78rpm es problema para ingenieros en sonido. Se requiere de equipamiento complementario a lo que generalmente se tiene para los vinilos.

Consideremos cuatro cosas que inciden grandemente en la reproducción del sonido, dejando de lado el estado general de conservación del disco (muchas veces rotos, o 'mascados' por ser tan frágiles). Primero que nada, es necesario tener una torna que gire a 78rpm, lo que no suele suceder en muchas de las tornas a disposición en los últimos 30 años. Segundo, el surco de un acetato es más de dos veces el tamaño de un típico disco de vinilo. Esto significa que una aguja para disco de vinilo llegará a lugares del surco que no estaban diseñados para escucharse y que generalmente son puro ruido. Por ende mayor cantidad de papas fritas. Tercero, las grabaciones eran monofónicas, por lo tanto una aguja estereofónica también captará información que no se esperaba escuchar. Nuevamente, más ruido extráneo. Por último, hasta que en 1954 la RIAA (Recording Industry Association of America) no estandarizó las curvas de ecualización para la grabación y reproducción de los discos, cada compañía grababa con curvas propias, enfatizando distintas frecuencias. Y estamos hablando de grandes diferencias.

Los Tres Diamantes - Usted


Por lo tanto para la más correcta reproducción de un disco se necesita: una torna que gire a 78rpm, una cápsula con aguja especial para 78rpm, ojalá monofónica y un pre de phono (señal de tornamesa) que permita manipular las curvas de ecualización acordes a cada disco y su disquera. Lo más fácil son los dos primero requerimientos, pero más difícil es conseguir una cápsula monofónica y aún más un pre de phono que permita cambiar las curvas. Hay en el mercado pero estamos hablando de gastar 500 dólares para arriba. Sólo para fanáticos que tengan una colección importante.

Para el resto de los mortales tenemos la opción de compromiso de grabar los discos a nuestro computador y realizar la serie de cambios y restauraciones -con mucho cuidado para no sobrehacerlo- con el fin de lograr la más fidedigna escucha posible. Si bien esto disminuye en gran medida el placer de escuchar el disco en vivo, nos permite acercarnos a la grabación con una mucho menor inversión monetaria inicial. Por supuesto, algunos discos son irrescatables.

Los 78rpm en mi colección actualmente son todos heredados de mi abuelo paterno, Don Julio Dagnino Ruiz. Al parecer su totalidad fueron comprados cuando vivió con su familia (mi padre incluido) en Méjico, entre 1948 y 1953. Como puede esperarse, son más que nada boleros, tonadas ('blues' según el sello) y rancheras. Además de abrirme una ventana a la vida, corazón y gustos de mi querido abuelo, me abrió los ojos frente a la potencial calidad de sonido de este sustrato, el acetato. Si uno obvia -y es con mayúsculas- el ruido de papas fritas, la calidad tímbrica y dinámica pueden ser sorprendentes, especialmente cuando la calidad de grabación es superior. Para cualquier adicto a esto, es tremendamente seductor. ¿Alguien tiene 78s que quiera regalarme?

El tema de la entrada en realidad era una excusa para contarles sobre el formato. Escogí ponerles el tema porque estaba en buen estado, hice una buena restauración y me encanta la canción, un clásico latinoamericano. Por otro lado, resultó un descubrimiento para mí la existencia de Los Tres Diamante que después supe son comparables en estatura y popularidad a los entrañables Trío Los Panchos, de los cuales ya hablé aquí hace mucho tiempo. Ojalá les guste y les pique el bichito... para regalarme esos 78s.