14 de abril de 2010

Julian Cope - Peggy Suicide (1991)

"You don't have to be afraid, love
'cos I'm a safesurfer darling"

Absurdo // Absurd

Si la historia de la música popular inglesa fuera un paseo al British Museum, el lugar de Julian Cope en este sería como si un vikingo, un normando, un druida y Sam Cooke (un fantasma directamente importado de los camarines de Ronnie Scott's), decidieran clonar todo ícono, tótem y estatua pagana de las distintos salones del museo y en una campaña incendiaria arrasaran con las capillas de Londres, poniendo los clones en el pedestal de Nelson en Trafalgar Square, la pileta de Piccadily Circus, el porta bandera del palacio de Buckingham y en la cara del Big Ben que da al Támesis... todo esto vestidos de chaquetas de cuero, jopos engominados y parando a media tarde para tomarse un té sazonado con dos cucharadas de LSD. Una mezcla de razas, culturas y sustancias a veces explosiva, a veces aletargada, a veces sin pies ni cabeza... no, tachen lo último, a veces sin cabeza pero con los pies bien plantados en la tierra misteriosa emanante de mitos y fecunda en el deseo más primigenio y erótico. O sea, bien caliente y bien inteligente.

Julian Cope era uno de los miembros de los llamados Crucial Three, una banda mítica del punk de Liverpool a finales de los 70, siendo los otros Ian McCulloch (futuro frontman de los Echo and the Bunnymen) y Pete Wylie (de los Mighty Wah!). Todos compartían, además de sentirse pateados en el trasero por el punk, una pasión obsesiva por la música sicodélica y krautrockera, junto a los 3 Inamovibles: Bowie, Iggy Pop (y Stooges) y los Velvet Underground (más Lou Reed en solitario). La vida se encargaría de llevarlos por distintos caminos, todos formando bandas de mayor o menor importancia y popularidad, aunque Cope y McCulloch formarían otras dos bandas juntos, UH? y A Shallow Madness, antes de definitivamente emprender rumbos distintos (y enemistarse como cuales estrellitas de culebrones venezolanos). Cope sería el fundador de ese extraño ensamblaje de música soul, sicodelia y glam llamado The Teardrop Explodes (¡que nombre más teletransportado directamente de 1967!). Además de la sofisticación de sus arreglos y letras, propio de la música inglesa post-retorcijón punk, que buscaba llevar hasta las últimas consecuencias las décadas pasadas, Julian Cope demostró desde el principio ser uno de los vocalistas más potentes y menos afectados de la isla, con esa voz barítona y medio monotónica, como drone hecho de wah-wah.

Un dinosaurio para gobernarlos todos // One dinosaur to rule them all

Esta voz no era solamente el producto de un proceso de autodescubrimiento de lo suyo, es un referente a la influencia que tuvo en Cope ese gigante de la música introspectiva, valiente, arriesgada y crípticamente intelectual, que es Scott Walker (né Engels). Miembro de los acaramelados Walker Brothers (boy band de mediados-fin de los sesenta, con éxitos como The Sun Ain’t Gonna Shine Anymore y Make It Easy On Yourself), Scott le dio la espalda a finales de los sesenta a su fama de muchacho lindo y se mandó en los 60 una serie de discos clásicos, siendo el menos popular pero el más fascinante el Scott 4. Repleto de canciones hermosas en su angustia existencial y política (una canción dedicada al régimen opresivo en la comunista U.R.S.S. por ejemplo), Scott lleva de la mano a canciones embriagadas de arreglos orquestales pero llenos de espacio e inaugura un estilo de letras fragmentado, concreto y infectado de imágenes corporales, como si quisiera golpearte la cara y sintieras el dolor, pero no supieras de dónde vino el golpe. De este genio maldito, Cope sacaría no sólo este abandono de la espiritualidad en la realidad física del cuerpo, sino que la virilidad de un estilo vocal profundo, generalmente bajo en tono y dramático en sus inflexiones, aunque más soul que lo opératico en el caso de Scott Walker. El súmum de su fanaticismo por Walker sería la compilación de la obra de este, que realizó a principios de los 80, llamado Fire Escape in the Sky (una frase sacada de una canción de Walker), subtitulada “The Godlike Genius of Scott Walker.

Peggy's Suicide salió al mundo en el momento correcto, tanto para Cope como para la sociedad inglesa del momento. Cope se encontraba semi a la deriva en su carrera, luego de haber brevemente flirteado con un lado más pop en discos como St. Julian o My Nation Underground (muy buenos discos por lo demás). Pero no olvidemos que Cope por sobre todas las cosas cree en el poder transformador de la música rock, como camino de iluminación que te permite/obliga a desarroparte de la tradición descorporizante de la cultura judeo-cristiana. O sea, volvamos a lo que éramos y pongámonos nuestras túnicas al viento y adoremos al dios Sol, la diosa Tierra y el hermano Árbol. Nunca en términos tan flaites, pero sí en su caso en torno a la mitología de dioses nórdicos (es además un experto internacional en monumentos megalíticos). La síntesis de su visión sobre el rock se puede encontrar en un libro muy entretenido que escribió en los 90 llamado Krautrocksampler, lamentablemente ya no se edita, (búsquenlo en el hiperespacio... se puede encontrar) en que hace una revisión muy personal de las bandas más importantes de la escena Krautrock de los 70. Bandas como Guru Guru, Can, Kraftwek, Amon Düul II, Harmonia, Neu!, Cluster, Tangerine Dream, etc. Hace poco hizo lo mismo con la escena rockera japonesa en Japrocksampler, pero no lo he leído.

El Sacrificio // The Sacrifice

Pero bueno.... Peggy Suicide salió un poco después de esa gran revuelta popular que muchos consideran significó el comienzo del fin de la era Thatcher, el movimiento Anti-Poll Tax. No voy a entrar en detalles, pero el gobierno quiso introducir un impuesto que fue considerado muy injusto lo que provocó una seguidilla de manifestaciones populares en las calles que no se veía desde los 60. Me imagino que esto además se fue conjugando con otros movimientos, entonces contraculturales, como eran la escena rave (y sus fiestas ilegales) y los grupos políticos más marginales de siempre. El disco invitado de hoy, alude directamente a este movimiento anti-tributario pero lo encara como una manifestación más de la batalla de la pulsión primigenia en cada ser humano con las fuerzas destructivas y subyugantes de los dioses falsos. O sea, el cuerpo inerte que era el gobierno de Thatcher. En ese sentido tenía razón, ya que si el tiempo y el lugar no hubieran sido los correctos, este movimiento anti-poll tax no habría tenido la fuerza que tuvo. Algo estaba ebulliendo debajo del mar.

El disco es considerado hasta el día de hoy como la vara con la cual hay que medir la producción de Julian Cope. A mi parecer, y junto con Jehovakill que vendría después, destila con la mayor equilibrio y éxito los distintos elementos que cruzan la obra de Cope. La fascinación por la carne y el espíritu y cómo balancearlos por el lado de las letras (Safesurfer se trata de un hombre que trata de engatusar a una mujer para que se acueste con él asegurándole que con él el sexo es "seguro"). Por el lado de la música, está siempre una pierna puesta en la tradición rockera más pantanosa (salvándose a cada vuelta de esquina del cliché, menos mal) y la otra en una tradición más lírica/psicodélica con orientación al cosmos. Es decir, y en la mejor tradición del Krautrock, a fuerza de la insistencia de los beats y los riffs haremos que te liberes desde tu cuerpo. Insistiremos e insistiremos y cuando menos lo pienses te encontrarás en otro estado y percibiendo el mundo a tu alrededor con los sentidos dados vuelta. Entrar en trance se llama.

Copa de Sacrificio // Cup of sacrifice

Ahora, con este disco y los que siguieron, Julian Cope no se van taaan en la volada (aunque si lo haría con Brain Donor después), ya que sigue siendo un disco pop/rock y de los buenos, pero tras las bambalinas de las canciones cualquier ser humano sentiente puede percibir lo que estoy diciendo y sentir la tensión acumulada a veces expresada como rabia y frustración (Pristeen), kino acumulado (East Easy Rider) o sed de venganza (Bill Drummond Said). No me puedo acordar de otro disco (u otro músico) que además exprese esta tensión con un punto de vista tan eróticamente masculino abandonado en el regazo matriarcal de la vida transformada en Vida, tan consciente de cómo el cuerpo nos obliga a pensar y actuar de cierta manera y lo peligroso que es olvidarse de ello. Hay otros discos (y el mejor rock'n roll es eso) que ni te lo hacen preguntar y te arrojan de vuelta al cuerpo, pero este y otros de Cope te da la doble mirada.

Lo otro que me gusta de este disco es que a las personas que se lo he mostrado y que les ha gustado, provoca una reacción bastante desmesurada. De la indiferencia se pasa al consumo desenfrenado rayando en la adicción en conjunto con las 'sustancias' de efectos similares retrotrayéndose incluso a las fuentes más fundamentales de este disco, como puede ser el Krautrock y el soul. Para mí por lo menos, me ha hecho reevaluar la validez de esos solos o temas larguísimos de bandas como Amon Düul II, Guru Guru o los mismos Funkadelic, que de buenas a primeras parecen demasiado monótonos en su repetición. Es poder decir simplemente que hay cosas que hay que decirlas con ese largo aliento, hay cosas que entran más por majadería que por sorpresa. Para la canción de 3 minutos está AC/DC, y una cosa es tan rock como la otra. ¿O no?


17 de febrero de 2010

Millie Jackson - Caught Up (1974)

"If loving you is so wrong
I don't wanna be right"

Marilyn Caught Up

Tengo un gran amigo con el cual compartimos el gusto de sentarnos con su perro pug, Galleta (apretar link), a escuchar música, generalmente discos de vinilo, pero también en el formato digital de turno. Me gusta escuchar música con él porque aunque no coincidimos, siendo generosos, en más del 50% de nuestros gustos musicales (ambos bien eclécticos, pero le gano en amplitud de rango, bleeeh), podemos sentarnos a escuchar música, sin distracciones, con la mente muy abierta y fijarnos además en los valores técnicos de la grabación y la interpretación. Es decir, con él puedo escuchar el vinilo en sí, como formato, además de pasarlo muy bien comentando y pasándonos de listos. Sé que mi enfermedad por la pizza negra está muchísimo más avanzada que la de él (y seguramente lo estará por siempre), pero es de los pocos que realmente lo entiende. Y su hijo pide escuchar los discos que le presto, de preferencia el soundtrack de los Muppets. ¿Qué más puedo querer en la vida?

Este es uno de los discos que últimamente le mostré a este amigo y lo dejé con la boca semi-abierta. No es un disco que hoy por hoy sea muy conocido, excepto en los círculos de amantes de la música blaxplotation, á la Isaac Hayes, ese funk soul de los 70s bien caliente, con valores de producción impecables, y canciones épicas largas con hartas partes habladas, de timing escalofriantemente precisos, de líneas de bajo económicas e intermitentes que llenan el espacio como llamado de atención al auditor. Algunos hablan de estos discos como el inicio del Rap, pero esa es una visión que parceliza un elemento más de lo que es un paquete demasiado coherente y original en sí. Discos conceptuales de soul y funk hay varios (pregúntenle a Stevie Wonder), pero este es notable porque tiene una sola idea explotada hasta las últimas consecuencias y con la majadería característica de los pensamientos culposos pero al mismo tiempo rebosantes de sensualidad, con el permiso a que la línea de pensamiento se desarrolle en lados que parecen ser un solo tema de 15 a 20 minutos cada uno.

Marilyn Caught Up II

Este es un disco acerca de la infidelidad vista del punto de vista de las mujeres. Un lado para la amante. Un lado para la esposa traicionada. Es un disco que habla del abuso de los hombres, de su egoísmo, de la incapacidad de estos de ver (o que les importe ver) el dolor que provocan y de la fidelidad y apego de estas mujeres por sus hombres, de la esperanza que acarrean por años de que cambiarán, pero que termina en la mayoría de las ocasiones en una decisión de acomodo de estas a las condiciones de la relación impuestas por sus esquivos hombres. El conflicto del disco se centra en el encuentro entre estas dos mujeres y los caminos que ambas deciden tomar luego de este encuentro. Una saboreando la afirmación del status quo, la otra finalmente aceptando que todo se acabó. Hoy a la distancia, un disco que abordara el tema de esta misma manera, sería considerado como el queso más rancio, pero siendo un producto redondo, de conjugación equilibrada entre temática y música, lo disfrutamos sin peros.

Marilyn Caught Up III

Para mí, el primer lado, el de la amante, es el más entretenido, inquietante, candente, caliente y tensionante. Además de que tiene la frase más llamativa y el verdadero gancho de este disco, que provocó algún tipo de pequeño escándalo en su época: "If loving you is wrong, I don't wanna be right." O sea, soy tu amante, sé que está mal, pero no me importa, quiero seguir amándote, quiero las mismas condiciones, es más, mi situación es mucho mejor que tu esposa porque tengo todo lo bueno y nada de lo malo. Puedo tenerte en la cama tres veces a la semana contra una de tu esposa y más encima no tengo que lavarte las camisas. Este mote de cantante caliente y escandalosa Millie Jackson no se lo sacaría jamás, y dudo que lo haya querido hacer. No ayuda tampoco que su voz carraposa, con mucho cuerpo y de tono bajo te haga sentir el desgarro y el deseo detrás de cada cadencia del bajo y la pelvis.

Marilyn Caught Up IV

El azar y el destino (¿Echamos los dados a correr? ¿Escogemos los dados? ¿Cargamos los dados?) nos juegan a veces, menos mal, algunas buenas pasadas. Tengo muchos discos que he comprado por llamarme la atención la carátula y que no he escuchado más de una vez, pero que sigo guardando porque me gusta la carátula. Alguna vez haré un mural con estos (les prometo que con la supervisión de un adulto que tenga buen gusto). Caught Up lo pillé en una tienda de caridad en Inglaterra (ya parece majadero), y estaba tan barato que no me pude resistir a los encantos de three black dudes, dos mujeres y un hombre, que estaban atrapados en una telaraña. Literalmente. "Por lo menos para reírme un rato" - me dije. Vale decir que tuve la misma reacción que mi amigo cuando se lo mostré el otro día (un poco más exagerada, soy el que tiene sangre italiana, y de la ruidosa), tanto me gustó que al momento que terminó el segundo lado, volví a escucharlo nuevamente. Y no he parado. Gran disco.


19 de enero de 2010

DE GUAU A GUÁCALA (Y VICEVERSA) VOL. 2: Queen - Parte II

"Well you're just seventeen
and all you wanna do is disappear"

Leotard Queen // Malla de Queen

Los tres discos que aludiré en esta entrada componen lo que los fanáticos de la banda pueden consensuadamente llamar la fase de oro, la fase 'Imperial', ese momento en el cual las intenciones, el talento y la capacidad de sacar temas que perdurarán en el tiempo se conjugan misteriosamente y parecen tomar las riendas de la época, llevándola por los caminos que el conductor decida. Después de esta fase Queen seguiría sacando discos mejores o peores, pero ya no serán el barómetro del aquí y ahora, no definirían el ethos y pathos de la escena musical y serían barridos, burlados y birlados por la rigidez de las exigencias del punk y la experimentación de lo que vendría después. Serían solamente una banda más del background nostálgico que valga decir, además serían increíblemente populares.

Estos discos son en orden de aparición: A Night at the Opera, A Day at the Races y News of the World. Cada uno tendría hits monstruosos que pasarían a ser parte del cánon de la música popular, pudiendo ser escuchados en múltiples escenarios, especialmente en ese que es recipiente de canciones canónicas como es el deporte de masas. ¿Qué deporte se puede preciar de tal si no tiene en su repertorio canciones como We Will Rock You o We Are the Champions?


A NIGHT AT THE ÓPERA:

De Guau a Guácala: Al igual que "Jesus" en el primer disco "The Prophet Song" me maravillaba por las armonías vocales y lo pseudo clasicista de sus arreglos vocales. Ahora igual que la canción anterior me aburre de sobremanera y palidece a la luz encandilante de las canciones que le siguen: Love of My Life (me derrito ante su melosidad), Good Company (un buen ejercicio nostálgico de May) y Bohemian Rhapsody. Dale Queen, sáltate las papas y vamos directo al filete.

De Guácala a Guau: Aquí hay varias pero la que salta más a la palestra es ese himno adolescente y cibernético que es "I'm In Love With My Car" de Roger Taylor. Habiendo degustado, desde que superé la fase Queen en mi carrera, los placeres de otros baluartes del Glam (principalmente Marc Bolan y/o T.Rex), es este tema el que surge como el más directo al callo y más fiel a la aproximación superficialista y hedonista que exhiben los mejores temas del glam, siempre con temáticas que se acercan a los puntales de la tradición rockera temprana (deseo, autos, motos y ritos de pasaje adolescente). Esta canción fue motivo de rencillas y resquemores duraderos dentro de la banda, ya que Taylor exigió (encerrándose en un clóset incluso) que fuera el lado B de Bohemian Rhapsody y por tanto, recibió regalías iguales con la venta del sencillo. Pero creo que tenía razón ya que dentro del disco es la que mejor contrasta con la dispersión del lado A. Gran canción y gran interpretación vocal. Una estrellita para Roger Taylor.



De Guau a Guau: "Death on Two Legs" es de las canciones más viciosas, vengativas y venenosas que conozco. Aparentemente escrita para un ex manager de la banda, la letra es una seguidilla sin respiro de insultos que está tomado de la mano de la guitarra más ácida de May y los coros afirmativos y ecóticos de la banda entera. No pueden estar más de acuerdo con lo que canta Mercury. Supongo que con el paso del tiempo he ido adquiriendo la experiencia necesaria como para captar con mayor complejidad la carga emocional de la canción y admirar la justeza tan difícil de lograr entre contenido y forma. Greda Vasija la llamó Alberto Rubio.



A DAY AT THE RACES

De Guau a Guácala:

Teo Torriate, junto con It's No Game (Part 1) de Bowie, es una de las canciones más conocidas del canon del rock que incluye letras en japonés. La de Bowie funciona, la de Queen no, no en menor medida porque en la de Bowie canta una japonesa. Ya pasada la novedad y la admiración adolescente de aparente innovación y valentía, esta canción queda como un ejemplo más de malas decisiones y mal gusto orientado a lo insípido. Si va a ser de mal gusto que sea excitante y se redima. Digo yo.

De Guácala a Guau:

Tie Your Mother Down era de las canciones que no entendía mucho porque es de las canciones con un formato más de rock clásico dentro de la obra de Queen. Era "poco Queen" para mis virginosos oídos. Pero como en las vueltas de la vida terminamos donde menos esperamos, este tema de May emerge como un muy buen ejemplo de ese rock clásico, y demuestra que Queen rockea como los mejores. Buena para bailar también.



De Guau a Guau:

Podría decir Somebody to Love, que es una de las interpretaciones vocales más admirables de Freddie "Conaf" Mercury, pero quiero darle el sitial de honor a una canción de Taylor. Drowse, como dice el título, es de esas canciones que te gusta escuchar un domingo por la tarde, cuando está atardeciendo y te das cuenta que has perdido una semana más en tu vida y la siguiente será un poco más de lo mismo, pero quieres escapar y darle grandeza a tu pequeña existencia, salir del pequeño pueblo, del pequeño reducto, de tu pequeña mente. Y lo miras con nostalgia. Notable.




NEWS OF THE WORLD (1977)

De Guau a Guácala:

Con este disco me es difícil decir que alguna me provoque real guácala. A lo mejor tiene que ver con el sonido que tomaron, un poco más cercano a las raíces del rock, menos preciosismo pueril. Si tuviera que elegir alguna sería We Will Rock You, pero más que nada porque está tan, pero tan trillada que no me provoca mayor cosa. No me sucede con We Are the Champions por ejemplo, a lo mejor tiene que ver con que We Will Tock You es demasiado de camarín de rugby como para ser de mi gusto. Dos bolas rojas.

De Guácala a Guau:

No lo dudo ningún ápice. Get Down Make Love es una gran, gran, gran canción. Tuve que escuchar la versión de Nine Inch Nails para entender la tremenda canción que era. En mi resguardada pubescencia esta canción me daba vergüenza porque no se las podía mostrar a mis padres, a quienes quería agradar a toda costa. Tenía que ser un niño bueno y querible. Que sandeces, pero me dio la posibilidad de escuchar con nuevos oídos años después este tema. Ya lo saben, vayan y hagan el amor. Con gemidos de fondo desde sus sistemas de sonido.



De Guau a Guau:

Sheer Heart Attack (igual nombre que su tercer disco) era una canción que me gustaba pero no tanto, la admiraba en su extremismo. ¿Pero habrá en la tradición del rock clásico más popero una canción tan brutal como esta? Rayando en el trash metal (en la medida de lo posible por supuesto), esta canción comienza y no da respiro hasta que termina 3 minutos y 26 segundos después. Uf. Para cantarla bien fuerte antes de salir a carretear.


Ver video en youtube

Bueno, eso por ahora, después vendrá la tercera y última parte de esta serie de entradas sobre Queen. ¡Disfruten el verano!



7 de enero de 2010

DE GUAU A GUÁCALA (Y VICEVERSA) VOL. 2: Queen - Parte I

"Oh rock of ages do not crumble
Love is breathing still
Oh lady moon shine down
A little people magic if you will"

Queen Logo - The Complete Works Sleeves // Logo de Queen, funda de los discos de The Complete Works

Queen es una banda de superficies. Es un banquete compuesto de pequeños y variados bocados, que se derriten en tu boca como bálsamo de sensualidad y te calman el hambre por un rato corto. Es un banquete con una mesa de ébano pintada de blanco con manteles de tafetán púrpura, borlas doradas y patrones del más brillante plateado. Es un banquete al cual te invitan todos los años, al que sólo asistes de vez en cuando, ya que no tienes nada mejor que hacer y donde te entretienes a tu pesar y te golpeas la cabeza por no ir más seguido. Cada vez que vas son cosas distintas que te encandilan, distintos bocados que pruebas y persigues, otros personajes con los cuales conversas, otros umbrales que cruzas, otras habitaciones que eliges para gozar del bullicio... pero sabes que el furor de la euforia es transitoria y debes volver a la realidad de la carne que se esconde de la carne en el respiro diario.


Como tanto chileno hambriento de sensaciones, me volví adicto a estas superficies cuando tenía alrededor de 12 años. Es fácil perderse y entregarse a la aparente riqueza del espectro emocional y conceptual de las canciones de Mercury, May, Taylor y Deacon. Sí les reconozco que logran una balance envidiable entre los enfoques composicionales tan disímiles y que se harían cada vez más marcados a medida que avanzaba su carrera. En sus dos primeros discos fusionan con bastante éxito las influencias más bluseras via Led Zepellin con el prog de la época y el glam más popular. Una mezcla bombástica, de temáticas fantasiosas y muy entretenida. ¿Quién dijo que todo tenía que ser sustancioso? Pasé por lo menos tres años acumulando la discografía entera de Queen en los preciados cassetes EMI con los nombres en castellano. Y luego me aburrí y fui persiguiendo la discografía de Bowie.

Courtship I // Cortejo I

La inclusión de esta banda en esta serie de Guau a Guácala (y Viceversa) es para dar cuenta de los cambios que todos podemos tener en nuestros gustos musicales (no necesariamente en todo caso, hay gente que tiene los mismos 10 CDs que tenía cuando era adolescente). Es poder explicarles y explicarme cómo he ido recogiendo canciones que las tenía en el cajón de abajo, lejos de mis ojos y oídos, pero que he sacado y disfrutado; al revés, canciones que me encantaban pero que ahora me aburren o me provocan una leve náusea. También canciones que me gustaban en esa época y me gustan ahora, quizás por razones distintas. Como la discografía de Queen es tan extensa dividiré este ejercicio en tres partes, y pararé en The Works ya que no tengo ninguno de los otros discos en vinilo (reglas del juego, sorry). Me saltaré además el disco doble en vivo, Live Killers. Todos son parte de ese box set que salió a mediados de los 80, en una caja negra con un mapa de todos los países dónde habían hecho conciertos, llamado The Complete Works. Un objeto fetiche más en mi colección.

Queen The Complete Works

QUEEN I (1973)

Este es el disco más rockero, demasiado en deuda con Led Zepellin, aún cuando ya están presentes las inclinaciones más pseudo operáticas de Freddie Mercury, el hermano perdido de Forestín.

De Guau a Guácala: No puedo creer hoy que alguna vez me gustó "Jesus". A lo mejor tiene que ver con que era una canción "segura" para escuchar frente a mis padres, un reconocimiento que la música que yo escuchaba podía ser de agrado para mis padres, de no demostrar rebeldía, de mantenerme niño y quitado de bulla. Me gustaban las armonías vocales de seguro. Para mí hoy esta canción no tiene ningún sentido y dudo que la haya tenido para Mercury. Una canción fome, grandilocuente y vacía.

Courtship II // Cortejo II


De Guácala a Guau: ¿Que más obvio puede ser? "Keep Yourself Alive" de Brian May (creo que son sus canciones las que más he revalorado positivamente... lo mismo pero negativamente en el caso de Mercury). No necesariamente me cargaba pero la encontraba plana ante el resto. Una gran canción, con una letra re pesismista y que al ser Mercury que la canta, toma un cariz desafiante y de cansancio frente a las exigencias exitistas del mundo. Raro en Mercury, el hedonista ambicioso por excelencia.


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De Guau a Guau: A lo mejor es por el peso de nuestro conocimiento de la vida de Mercury, pero "Liar" es de las pocas canciones en la cual le creo a Mercury el sufrimiento melodramático que nos devela. Comparte además las referencias a sus padres con Bohemian Rhapsody (¿O creen acaso que es otra persona sino su padre a quién mata?), la cercanía con su madre y la lejanía y desilusión de su padre. Vale decir además que la variedad de arreglos, y ese gran cambio al centro de la canción están completamente al servicio de lo que intenta transmitirnos.

Humping // En Seco

QUEEN II (1974)

De Guau a Guácala: El premio se lo lleva otra de las canciones preciosistas de Mercury en la primer etapa de la banda. "The Fairy Feller's Master-Stroke", a pesar que la letra es bien inventiva con hartos juegos de palabras y usando un lenguaje pseudo medieval, es otro fracaso de Mercury, cosa que no sucede con una canción como Ogre Battle, que también usa imaginería medieval pero que es traído al presente con unas durísimas guitarras grabadas al revés regalo del genio loco y perno que es Brian May.

Doggin' // Perreando

De Guácala a Guau: Roger Taylor era mi cantante menos preferido dentro de la banda. De los tres que cantan en Queen es el que tiene la voz más áspera, masculina y enraizada en la tradición rockblusera. Lo que he ido captando es que era probablemente el que los tenía puestos más al día en el ambiente musical. También puede ser el que suena más de la época y pierde universalidad. Pero dejando todo eso de lado, su voz, por lo menos en los discos de los 70 es el que le da el toque más glam a la banda y en sin duda el más directamente sexual. "Bound to be the Loser", con su temática re adolescente y dirigida a las madres de todo chico que abandona metafórica y concretamente a sus progenitores, no puede ser más glam a la Slade.

De Guau a Guau: "Father to Son" es el sello a la cara de la canción recién mencionada, tomada desde el punto de vista de un padre a un hijo por nacer. No llega a ser melosa menos mal (y que daría pie a que pasara de guácala a guácala) y el interjuego entre la voz de Mercury, los coros y la guitarra apasionada de May la deja sincera y llena de esperanza. Nuevamente, al igual que Keep Yourself Alive, la interpretación logra traspasar también el miedo y el cansancio producto de los ajetreos de la vida moderna (¿acaso la razón de que se esconden en medievalismos en el resto de las canciones? El glam escapista por ontonomasia). Bella.


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SHEER HEART ATTACK (1974)

De Guau a Guácala: Canciones que emulan los cánones del Tin Pan Alley hay muchas en el repertorio de Queen y bien exitosas. Bring Back Leroy Brown no es una de ellas. No es fome, pero da la sensación de que Mercury intentó demasiado conscientemente y con falta de imaginación imitar una canción de algún musical de los años treinta. Ya vendrían mejores versiones de esta canción en discos posteriores. Cuando murió Freddie Mercury, Bowie le rindió homenaje al declarar que Mercury era capaz de convertir el cliché más hediondo en un momento de epifanía. Bring Back Leroy Brown, lamentablemente, sólo sigue siendo un cliché.

Mouth to Mouth // Boca a Boca

De Guácala a Guau: Otra canción de May que hoy gana el premio. May se perdió gran parte de las sesiones de grabación producto de tener que guardar reposo por una úlcera al duodeno. Pero eso no le impidió entregar dos de las mejores canciones, Brighton Rock y She Makes Me (Stormtrooper in Stilletos), siendo esta última la que quiero mencionar. La canción no tiene más de 3 acordes y es cruzada entera por un riff de dos acordes, a ritmo de media procesión. Simple, hermosa y directo al callo, maravillosa en su efectividad.


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De Guau a Guau: Ya la mencioné, pero Brighton Rock es brillante y transmite perfectamente el jolgorio y caos de una tarde pasada en la costanera y Pier de Brighton, balneario de Inglaterra. Creánme, yo viví allí un año. Pero aparte de eso es un gran showcase para la pirotecnia guitarrística de Brian May, sin caer en las escalas somníferas del clacisismo muy rancio. Creo que el talento de Brian May en estos tiempos es menospreciado, pero tiene una aproximación al timbre de la guitarra que es bien particular. Después de todo este es alguien que construyó su propia guitarra y posee un par de patentes al respecto.

Bueno, eso es todo por ahora, ya vendrá la segunda parte con los que son probablemente los 3 discos más famosos de la banda y que, en palabras de Neil Tennant (pero no en relación a Queen), es cuando Queen se torna "Imperial". A Night at the Opera, A Day at the Races y News of the World.

Breakup // Terminada