9 de noviembre de 2009

Orchestral Manœuvres in the Dark (OMD) - Organisation (1980)

"And all the order in our lives
Left some time ago
Along the way
We are the ones who never cry
Like we don't care
Today"

Organised Rain

¿Se puede hacer música soul con máquinas? En estos tiempos en los cuales prácticamente no se puede sino hacer música soul y R&B con máquinas electrónicas, a cargo de productores estrella (eso no ha cambiado mucho en todo caso, pensar no más en la producción en serie de Motown), siendo los que usan instrumentos tradicionales antiguos baluartes como Al Green o músicos contemporáneos con un manifiesto retro. Aunque podríamos pensar que la guitarra eléctrica es en sí un instrumento electrónico y no simplemente una guitarra acústica amplificada (pregúntenle a Pete Townshend sobre el uso del feedback y a todas las bandas post-punk, post-rock, etc), para efectos del argumento que quiero llevar a cabo aquí, no la consideraremos como tal.

La pregunta que inaugura esta entrada, era una pregunta que se hacían muchos jovenzuelos que, con la llegada del punk, se convencieron que no se necesitaba virtuosismo instrumental para hacer música vital y original. Para muchos de estos aludidos, a finales de los 70 el futuro estaba marcado no por la utilización de vejestorios como la guitarra y el bajo eléctrico, sino que por un instrumento que podía reemplazar a la banda entera y que por fin estaba económicamente al alcance de muchos. Estamos hablando del sintetizador (modelos como los Jupiter 4 y TR-808 de Roland; DX7 de Yamaha, o la larga lista del Sr. Moog) y su prima cercana la máquina de ritmos (drum machine). Algunos ilusos llegarían a pronosticar a principios de los 80 que hacia el final de la década la música de guitarras desaparecería del planeta. El mismo argumento utilizaron los cazatalentos de DECCA a principios de los 60 para no darles un contrato a los Beatles, por lo que sabemos que es un argumento que nunca dejará de estar equivocado, varias muertes le han pronosticado y varias resurreciones lleva el formato clásico de guitarras, bajo y batería.

The Weight of Technology // El peso de la tecnología

Olvidándonos por el momento de los vaticinios equivocados propios del entusiasmo desmedido, el ethos de muchas de estas bandas technopoperas de la época era una creencia firme en la necesidad histórica de inaugurar un futuro musical basado en sintetizadores (tanto como democratización de la creatividad, donde más que la artesanía del autor, fuera la idea la primordial, vieja idea trazable al urinario de Duchamp) como también en la esperanza que las máquinas traerían una libertad impensada. Nada de nuevo hay en esta visión de las cosas, pensemos solamente en el manifiesto Futurista a principios del siglo XX y sus derivaciones. Sin embargo, a diferencia de lo que llegarían a hacer los Futuristas (¿han leído algunas de las inverosímiles recetas de cocina de Marinetti?), la mayoría de las bandas del género basarían su esperanza en una nostalgia de un pasado inocente que nunca fue, como es la propuesta europeísta de Kraftwerk. Es una conciencia de que si bien existe la posibilidad de un futuro mejor, las lecciones de la historia nos enseñan que el único grano de arena que podremos atesorar más adelante es esa esperanza misma; una esperanza teñida de frustración.

Organisation comienza con una canción así, además de ser la más conocida del disco. Enola Gay trata sobre el avión del mismo nombre que tiró la bomba atómica sobre Hiroshima ese fatídico día de Agosto de 1945, como si en los gritos y el estallido la humanidad hubiera perdido la capacidad de romper el silencio (algo parecido a lo que hizo Alain Resnais con su clásico film Hiroshima Mon Amour). La canción llora por el escenario alternativo donde el avión se hubiera quedado en el hangar y no tuviéramos que lamentar las atrocidades que le siguieron. Creo que este tenor de la canción muestra con claridad las cualidades que hacen que OMD sean una banda tan especial dentro del género de la época: aún cuando tienen una fascinación y fe ciega en la tecnología (p.ej. la canción Genetic Engineering del disco posterior, Dazzle Ships, no es crítica sino que celebratoria de los cambios que traería la ingeniería genética... bien fascista en cierto sentido la canción, probablemente hecha con inocencia), hay cierta liricidad, romanticismo y melancolía en su música y letras que le dan un pathos particular que no tienen otras bandas, que se quedan más que nada en la postura japi japi medio sadomasoquista, o en una visión muy muy pesismista. Creo que tiene que ver con una mirada bien inglesa que busca con entusiasmo el explorar el mundo pero con cierto escepticismo frente al éxito. Lamentablemente la banda perdería esta particularidad a partir de Junk Culture (1986), volviéndose bien comerciales, razón por la cual creo que es una banda subvalorada actualmente, por lo menos en Chile aparte de Enola Gay que se puede escuchar y bailar en algunas fiestas 'indie' (puaj).

OMD Organisation Inner Label

El disco, como tantos otros, lo encontré en una tienda de caridad en Inglaterra, y lo compré casi de reojo, ya que contenía la canción mencionada... la tapa era hermosa, hecha por el ubícuo Peter Saville, con una foto del paisaje del norte de Inglaterra, en una mañana húmeda de otoño, sin personas, como si el pasado y el futuro que sería de las máquinas fueran exactamente lo mismo, como si nosotros los humanos fuéramos solamente un accidente de la historia. Pero al escucharlo notas una industriosidad frente a la pérdida (de vidas, del amor, de sueños, etc.) que si bien muy triste, además es un aliciente para, en primer lugar, seguir escuchándolo, y en segundo, para llevarlo contigo a esa habitación con las ventanas abiertas que son nuestras vidas. Bueno, por lo menos según el disco están abiertas, sólo tienes que verlas. Para cerrarlas hay otros discos, otros momentos y otros susurros en tu mente.

Les recuerdo que aparte del blog está disponible mi podcast Papas Fritas del cual publiqué el primer capítulo hace unos días atrás. Se ruega dejar comentarios y críticas.

Esta es la dirección del podcast:





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