2 de noviembre de 2009

Dukes of Stratosphear - 25 O'Clock (1985) 12" EP

"When the straight plastic bowler men
grab your soul and pull
you down down down
call my name on your dream telephone
catch a saucer and I'll be around
blow 'em out of town
my love explodes"

We must leave the Mother Pod...

En el campo de la antropología existe una distinción básica entre la 'imitación' y la 'apropiación'. La primera es la actividad descerebrada de seguir los cánones de otra sociedad, cultura, moda, estilo, etc; la segunda es fruto de un proceso más elaborado y consciente, donde las influencias externas son transformadas e incorporadas a la cultura o visíón de mundo propias, como un fenómeno nuevo que en vez de reemplazar algún aspecto de esta visión, enriquece y expande. En la historia de la música popular ejemplos brillantes de lo último son bandas como Talking Heads con influencias de música africana en discos como Fear of Music (1979) y Remain in Light (1980); The Mekons con su originalísima fusión del punk con el country (en serio), que luego seguirían otras bandas en los 90 y 00 en el denominado género Americana. Ambas bandas logran, en un afán de abrir nuevos caminos para el medio en el cual desarrollan su visión artística, una apropiación original que revitaliza y reenergiza al resto de la escena musical en mayor o menor medida.

Pero también existe otro camino y el más común, a lo mejor menos 'original' pero que potencialmente es igual de entretenido e intrigante, aunque también el que propicia un mayor porcentaje de bodrios. Este camino es la revisión y explotación de movimientos, artistas, géneros que se encuentran en el pasado, como una manera de alcanzar cierta autenticidad (como Eric Clapton con el blues por ejemplo), simple nostalgia por el pasado (girl groups actuales como The Pippets) o un reconocimiento a la inmortalidad de 'clasicismos' como el soul, el rock mod (Paul Weller), etc. Dentro de este camino existe otra bifurcación más pequeña que son los discos homenaje que gruesamente se dividen en 2: los discos donde otros artistas versionan canciones de un género o artista y los discos que toman el 'espíritu' o los códigos de una escena musical o artistas. Este disco, que es simplemente otro disco de esa gran banda de Swindon, XTC, bajo el seudónimo de los Dukes of Stratosphear (Dukes de la Estratósfera, pero haciendo un juego de palabras con Fear, miedo, al final), se enmarca dentro de esta última división del género.

The Dukes of Stratosphear's 25 O'Clock Inner Label

Al tomar los modismos de sus bandas favoritas de la segunda mitad de los sesenta, con un espírtitu entre garage y psicodélico (más tirado para lo segundo), bandas como The Beatles, The Kinks, Pink Floyd (época Syd Barrett), The Small Faces, logran crear un sonido que si bien claramente referente a esa época es actualizado a los 80 y filtrado por la complejidad melódica que habían alcanzado y habrían de alcanzar en discos preciosistas como Skylarking (1986) y Oranges and Lemons (1989). Es más, sin este disco me atrevería a decir que no habrían podido realizar tan perfectamente los discos mencionados, al punto que como talla interna en los liner notes de Skylarking agradecen a los Dukes of Stratosphear por prestarles las guitarras. Plop. El disco es un claro ejemplo de lo que mencioné en una entrada anterior, acerca de la validez de la liviandad y puerilidad. Con este disco no salen a declarar nada más que un amor de larga data e influencia por estas bandas fundamentales en el desarrollo de la historia de la música popular y de sus propias visiones artísticas. Creo que los mejores discos de esta índole se pierden, en el mejor sentido, en el goce de simplemente hacer las canciones sin mayor consideración por la originalidad o la influencia posterior.

En el caso de este disco se puede hablar de un gesto que en la época resultó ser original pero que es más bien una rama muerta dentro del 'desarrollo' de la música popular anglosajona. Otro disco que me resulta parecido es el primer disco de los Traveling Wilburys, ese súpergrupo compuesto por Gearge Harrison, Roy Orbison, Bob Dylan, Tom Petty y Jeff Lynn, excepto que en vez de apropiarse de la obra de otros artistas se reciclan a sí mismos y logran un disco, si bien menor, muy entretenido y capaz de resistir escuchas recurrentes. ¿Qué más se puede pedir? Cada vez creo menos en los discos que te 'cambian la vida', me parece que esos discos importantes en tu vida lo que hacen es señalarte otro camino, amplían tu espectro musical y vital, pero son más bien acompañantes de un proceso de cambio que es interno, propio e independiente. Quizás es mejor hablar de una sincronía fortuita y sin destino.

25 O'Clock Temple

La primera escuchada fue a principios de los 2000 después que, finalmente, hice bolsa una copia de Pet Sounds (1966) de los Beach Boys. Usando el ubícuo Audiogalaxy, digno sucesor de Napster, busqué música actual que el público encontrara parecido a los Beach Boys de Pet Sounds. Aparte de una canción que es una bien patente referencia musical a los pseudo surferos, ésta era música de otra índole, pero intrigante al mismo tiempo y, en mi ignorancia absoluta, de cierta originalidad encapsulada extemporáneamente. Este EP a mediados de los ochenta fue recopilado junto al LP posterior (Psonic Psunspot, 1987) en un mismo CD llamado Chips from the Chocolate Fireball (1987) y que permaneció descontinuado hasta este año, por lo tanto cero culpa en descargarlo. Ja, como si alguien la sintiera en realidad, es más fuerte la desesperación por la dosis que calme el delirium tremens.

El vinilo en sí lo encontré, como tantos otros, entre cajas y estantes en Snoopers Paradise en Brighton. En todos mis años en el Reino Unido, esta es la única copia que encontré en mis cazas, raro ya que es un disco que se vendió respetablamente cuando salió por primera vez. La única explicación que se me ocurre es que una gran mayoría de las personas que lo compró en la época lo sigue atesorando en algún lugar de su hogar u ático, aunque sea porque la carátula les resulta suficientemente colorida para decidirse a enmarcarla en algún momento del futuro no tan lejano. Algo parecido me sucedió con el LP Psonic Psunspot el cual encontré con gran alegría en el Marché aux Puces de Bruselas y que el vendedor me lo recomendaba como "Psychedelic! 80s psychedlic! Very Good! Psychedelic!" y luego de vendérmelo sus manos se tornaron en arcoiris de madre perla con olor a crema pastelera, al mirarlo a los ojos, ví que eran como bolas de espejo de discomeccas del siglo XXXIV, su boca un semáforo de luces prendidas púrpura pupal, en clave morse insistía en mi oído, "relaxafloat downscream, wakey wakey doctor rubor you're the mole from the ministry, go seed emily plain!!" y luego le crecieron alas de ángeles nubilosos indochinorcos descendiendo en cámara de fotograbismos lentos, lamiendo mi cara a dos lenguas de perro labrador rojo con pintas doradas. O algo así.

Vean los videos!





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