"You'd be surprised at my degree of uncertainty
How can moments go so slow?"
La música te puede emocionar de muchas maneras diversas. Puede ser una bofetada en la cara dada por tu madre cuando comiste directo del tarro de manjar; un abrazo fuerte de tu mejor amigo después de no verlo por dos años; una mano extendida por el extraño que te encuentra tirado en la calle, sin saber cómo llegaste ahí; una patada en el trasero del Tony Caluga a la salida del circo; un retorcijón de guata porque comiste ese ceviche en el mercado un día lunes; un puño en el aire tras meterle un gol al primo de tu primo que te cae mal; un aleteo de brazos sobre una piscina cuando aprendes a nadar y te tiras tu primer piquero; una mañana en el jardín infantil cuando pintas con tus manos y pies; una tarde viendo tele sentado en la mecedora que era de tu abuelo; una noche bajo las sábanas leyendo a escondidas y descubriendo que tus padres sí pueden equivocarse. Another Green World (Otro Mundo Verde) es mirar el atardecer de un domingo de otoño reflejado en la puerta del closet de tu pieza, mientras escuchas a lo lejos que la gente comienza a moverse, hablar, reír, dar órdenes ya que el sopor de la siesta se ha levantado.
Este es el tercer disco de Brian Eno en solitario que puede ser considerado dentro de los cánones pop/rock, aunque es aplicarle una etiqueta estrecha a lo que nos presenta en este LP. Brian Eno ingresó en los anales de la música popular al ser miembro fundador de Roxy Music, en donde participó en los dos primeros discos que, no por coincidencia, son los discos más experimentales y arriesgados de la banda en cuestión. Dejó esta banda por diferencias creativas y personales con Bryan Ferry, quien era el frontman y escribía las canciones. Una pérdida para Roxy Music pero una ganancia para todos nosotros. Al abandonar la agrupación comienza inmediatamente a desarrollar los dos polos que marcarían toda su carrera, en mayor o menor proporción: por un lado un polo muy experimental, caracterizado por estructuras minimalistas y preocupación por la percepción del auditor en contraposición a los deseos del autor (¿cómo eliminar al autor lo más posible de la ecuación?) y un polo, también muy experimental a su manera, pero bien juguetón a la hora de hacer canciones con temáticas crípticas y poco usuales (p. ej: una mujer en llamas, literalmente, en su primer disco), además de una aguda sensibilidad melódica (su música preferida es el gospel).
Lo que une estos dos polos es una preocupación por el proceso de grabación, con la consecuencia que empieza a mirar crecientemente al estudio de grabación como un instrumento más, sino el más importante (creo que ya lo dije en otra entrada de este blog). Sin duda no es el primero (si no, escuchen las grabaciones de Lee Scratch Perry en Jamaica en los 60 y 70; y los discos de los Beatles a partir de Revolver), pero es de los primeros que miró el tema más sistemáticamente y lo incorporó como parte integral en el proceso de creación de una canción o pieza musical. Another Green World es el primer disco en el cual Eno entra conscientemente sin siquiera un retazo de música al estudio de grabación, bajo la premisa que a medida que experimentara in-situ saldrían ideas a las que no podría acceder de otra manera. Es una visión bien sistémica y cibernética del proceso musical y que tendría su expresión más extrema 20 años después con su propuesta de la música generativa (simplemente poner los parámetros de cambio y dejar que un programa de computador hiciera la música, idea basada en el famoso juego Life de John Conway).
Cuando recién escuché este disco, casi 15 años atrás, me sentía en un cruce de caminos musicales (para que hablar de personales...), me había agotado una cierta dirección y necesitaba renovar mi arsenal. En un viaje me había comprado en CD los tres primeros discos "pop" de Eno (Here Come the Warm Jets, 1974; Taking Tiger Mountain, 1974 más este) y tomé la decisión consciente de escuchar cada uno en orden cronológico, dándome el tiempo (un par de semanas) para convivir con cada uno y hasta cierto punto lo que puede haber escuchado alguien en la época. Entre el primero y el segundo hay una cierta semejanza textural y temática, aunque el segundo se nota más coherente (léase menos loco)... pero entre el segundo y el disco invitado hay una galaxia de separación. Esta galaxia está compuesta de dos planetas muy importantes: un accidente donde es atropellado por un taxi que le obliga quedarse en cama por varias semanas, llevándolo a una experiencia que produjo el segundo planeta, Discreet Music (1975) un disco fundamental (en todo sentido), consistente en un procesamiento electrónico con cintas del Canon de Pachelbel en un lado, y que al sugerirse que debe escucharse a un bajo volumen (¡qué poco rockero!), inaugura oficialmente la música ambient.
Another Green World es un disco pop que fue cortado en dos por el bisturí del ambient y relleno con una pasta hecha de perillas, micrófonos, teclados, filtros, picardía y precisión técnica. Es un disco que todos los fanáticos desearían Eno hiciera una y otra y otra vez. Un disco redondo, intrigante, hermoso, donde sólo 5 de los 14 temas son cantados y ninguno durando más de 4 minutos. Los temas instrumentales caminan por una delgada línea que roza la música descriptiva, música 'sugestiva' si se quiere. Las letras de los temas cantados toman un cariz muy distinto a los discos anteriores de Eno, alejándose de las narrativas excéntricas y febriles, hacia un tenor más bien pictórico y contemplativo, trazando escenas donde sucede poco, se espera mucho y se guarda la distancia. Dada la naturaleza de este disco, es perfecto para escuchar en muchas ocasiones y lugares (excepto en una fiesta, para bailar), ya que permite ponerle atención en muchos niveles distintos, con mayor o menor esfuerzo pero es, en esencia, un disco muy fácil de escuchar, lo que es engañoso ya que es un disco complejo. Cada vez que llueve y lo tengo cerca no dudo en ponerlo, como fiel amigo que ha sido durante 15 años.
La edición en vinilo de este disco es un gran argumento para echar en contra del formato CD y las famosas remasterizaciones. Las remasterizaciones en general son una traición al sonido original al tratar de adecuarlo a los hábitos de audición del público actual: en mp3 sueltos, donde se espera que todos tengan el mismo volúmen, por lo que se pierde una parte importante del rango dinámico (véase las "Loudness Wars"). Pero aún cuando la remasterización se haga de la manera más perfecta (utilizando puro equipo análogo en todo paso del proceso) siempre existe la duda de cuan fiel se es a la visión original de los involucrados, a menos que estén involucrados los músicos originales (las realizadas por Jerry Harrison con los discos de Talking Heads son buenas en ese sentido). Las remasterizaciones de Los Jaivas son un ejemplo de cómo NO se tienen que hacer las cosas. Sin duda que hay muy buenas remasterizaciones que vale la pena buscar; cualquiera de Steve Hoffman por ejemplo, que hasta busca la máquina donde se hizo la masterización original. La edición en vinilo original, inglesa, le da un toque extra que no tiene la edición en CD, que tiene que ver con la sensación de espacio entre instrumentos, el plano sonoro (más profundo y ancho) y la organicidad de los timbres, especialmente en los registros más bajos. Hay algo con los sintetizadores análogos que se escuchan tanto mejor en un vinilo que una edición en CD (el caso de los OMD por ejemplo es notable en su pérdida de liricidad en CD). Por eso cuando encontré el disco en Brighton, Inglaterra en la ya mencionada Wax Factor no dudé en pagar la no despreciable suma de 9 libras... o sea, más barato que el CD nuevo. Uno a veces pierde las proporciones.
Algunos "videos" en youtube con canciones del disco:
Algunos "videos" en youtube con canciones del disco:
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