5 de septiembre de 2009

LCD Soundsystem - Sounds of Silver (2007)

"Oh, this could be the last time.
So here we go, like a sail's force into the night."

LCD Docksystem 3

Cómo ya lo he dicho antes en este blog, lo que generalmente me llama primero la atención es la voz, que de acuerdo a mis gustos tiende a ser muy expresiva; también esas voces que están al borde del registro posible o gastadas hasta ser un carraspeo; voces que no sabes si son hombre o mujer o algo más; voces que no pueden sino ser muy femeninas o muy masculinas; o voces que son tan inexpresivas que son verdaderos lienzos en blanco en donde proyectar nuestras fantasías. Escojan ustedes, el punto es que tienen que ser voces que salten a primera vista como únicas, características y justas para la música que la rodea (con honrosas menciones ¿alguien se acuerda de Nina Hagen?). Sin embargo, y obviando el caso de la música clásica y el jazz, hay discos que me entran por otras vías como la producción, la melodía de alguna canción... este me entró por el beat que me hacía bailar. Ah, y el cincerro que sale en algunos de los temas.

Escuché a este grupo liderado por James Murphy (es él en realidad más músicos de sesión y gira) por primera vez a través de un video que vi en algún canal del cable. Este era "Daft Punk Is Playing In My House", una oda a la más hedonista de las fiestas, que incluye ese cincerro que me gusta tanto (que tontera, no...), fiel compañera de fiestas en 2005 y 2006 (y todavía, así de prendida es la canción). Luego "conseguí" el disco donde estaba incluida la canción y me encontré con una versatilidad que iba más allá del simple pero notable talento para hacerte bailar en cada ocasión. Como souvenir, en la canción "I'm Losing My Edge" Murphy canta desde la perspectiva de un tipo que siente que va perdiendo su cool musical frente a tipos más jóvenes y empieza a inventar haber estado en momentos críticos de la historia del rock más alternativo como una manera de mantener su identidad. Todo esto con un ritmo medio krautrock que hace aún más patente la vacuidad del personaje que encarna.

LCD Docksystem

James Murphy es un tipo bastante viejo para los cánones del rock, rozando los 40 (tenía 36 cuando salió este disco), incluso en estos tiempo en los cuales ya podemos asimilar a los llamados dinosaurios del rock como propios del género (e incorporar a viejos de otros lados, recordemos a Johnny Cash con su serie American Recordings). Él mismo lo afirma y lo explica como una exigencia que le deparó la vida para poder destilar toda la historia del rock y pop, y hacer algo que fuera suyo, a diferencia de décadas atrás cuando los músicos tenían una tradición menos larga y menos aplastante en términos de la necesidad de hacer algo que sientan como original (o vital). Algunos son más lentos a lo mejor, pero le creo su cuento. Partió como miembro de varias bandas punk pero, viviendo en Nueva York se fue metiendo en la escena electrónica y dance, dándole una impronta bien orientada a la fiesta, al regocijo del cuerpo en movimiento, del cuerpo como medio de comunicación y conocimiento. Y también como contrapunto a un punto de vista más racional que le da un nivel extra ajeno a mucho de la escena dance (lo supongo con desfachatez en realidad, me estoy pasando de listo...). Es algo parecido a lo que hicieron Talking Heads en su momento, guardando las proporciones: música bailable para pensar.


LCD Docksystem 2
Este disco lo escuché en cuanto salió, aunque me demoré en comprar el vinilo por razones monetarias (lo hice en el HMV de Guildford, Inglaterra, una tienda tipo Feria del Asco, pero buena). Creo que es más consistente que el primero y sigue teniendo ese toque irónico que me había llamado la atención. Por ejemplo el primer single, North American Scum, es una posición defensiva del ser norteamericano frente a los críticos que no pueden entender que lo sean (demasiado irónicos), pero al mismo tiempo con distancia y ríendose de sí mismo y los gringos. Sin embargo el disco no se queda solamente en la distancia irónica (que es la forma más baja del ingenio) sino que se permite en varias canciones el presentar un sentido testimonio a personas y cosas que ama. All My Friends es una oda al sentido de casa que le puede dar a uno el estar con los amigos en un plano de fiesta, de excesos sin culpa, como si fuera necesario llevar hasta las últimas consecuencias el desborde para sentirse vivos. New York I Love You es un homenaje a su ciudad adoptada y un reclamo, una desilusión por la gentrificación de una ciudad que en algún momento fue mucho más potente que lo que es ahora. Pero mi canción favorita del disco (y una de mis favoritas de los últimos 5 años) es Someone Great.

Creo que refleja con agudeza esa sensación de que hagas lo que hagas, digas lo que digas, nada puede ser suficiente para expresar el dolor, para abarcar la enormidad, de lo que es que alguien cercano a tí se muera. Es un proceso de agitación que te hace sucumbir en inercia o que te obliga a movimiento sin descanso. La canción no es sólo certera en su plano racional-verbal, sino que la música, el ritmo que te hace bailar a medio tiempo, la melodía probablemente te hace entender de mejor manera el dolor que siente James Murphy por la muerte de, en este caso, su amigo. ¿Cómo es posible que el cuerpo también tenga una inteligencia que comprenda? No me atribuyo ninguna idea original ya que es un fenómeno estudiado por la medicina, la psicología y supongo que otras disciplinas. Es cierto que el cuerpo se compone de ritmos que son replicables por la gama completa de la orquesta y estoy convencido la organicidad de una canción está dada por la manera de replicar o resonar esos ritmos, por muy sintética y mecánica que sea la forma de producción. ¡Cuan abstracto y tan concreto puede ser ese movimiento de aire que llamamos música!

Sounds of Silver Inner Label

Los videos de las canciones que mencioné del disco más abajo. Para los que reciben el mail véanlos en el blog mismo.





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